viernes, 1 de julio de 2011

Depuración del Magisterio

INTRODUCCIÓN

La depuración se llevo tanto por el bando republicano, cuando se instauró la República, como por el bando franquista cuando comenzó la guerra.
La depuración franquista comenzó de manera no oficial en el último trimestre del año 1936 llevada a cargo por los estamentos militares y las autoridades académicas de cada distrito universitario de cada provincia. Fue ya cuando se constituye el Ministerio de Educación Nacional, cuando la depuración de los maestros pasó a otra fase en la que este mismo era el que regulaba mediante leyes y normas. Poco a poco el Ministerio de Educación fue creando sedes en distintas ciudades para que fueran estas quien se ocuparan de gestionar el enorme trabajo de depuración que había.
La idea principal fue la necesidad de revidar la instrucción pública para acabar con las "falsas doctrinas" que se había creado durante la República, ya que según el régimen franquistas el magisterio había estado en las manos inapropiadas.
Al igual que el magisterio; las bibliotecas públicas y privadas, los libros de texto escolares, las universidades, los colegios religiosos... todos fueron sometidos a la depuración.

OBJETIVOS

El objetivo principal de la depuración franquista, fue acabar con cualquier resquicio de innovación pedagógica, laicismo y coeducación que eran las principales bases del sistema educativo republicano.
El objetivo final era que ninguna persona pudiera accrede a la docencia sin haber pasado por la depuración, en la que se tenían en cuenta las ideas políticas, religiosas y multitud de aspectos para ellos imprescindibles para ejercer o no la docencia.
Todo este sistema de depuración fue llevado a cabo por Las Comisiones Depuradoras.

COMISIONES DEPURADORAS

Había 4 tipos de comisiones depuradoras A(encargada del personal de las universidades), B(encargada del profesorado de las Escuelas de Arquitectura e Ingeniería y Escuelas de Comercio), C(encargadas del personal de los Institutos de Segunda Enseñanza, Escuelas de Comercio, Escuelas de Artes y oficios...) y D(encargada de todo el personal de magisterio ya sea interinos, fijos o en prácticas). Esta última era a nivel provincial.
Las comisiones eran constituidas por el Director del Instituto de Segunda Enseñanza, un Inspector de Primera Enseñanza, el Presidente de la Asociación de Padres de Familia, y dos personas reconocidas por el Gobernador Civil como personas con solvencia moral y técnica.

Según la normativa depuradora las Comisiones tenían que pedir por lo menos 4 informes diferentes; al Alcalde, al cura, al jefe de la guardia civil y a un padre de familia bien considerado en el pueblo.

Los componentes de las comisiones realizaban un pliego de cargo donde se anotaban las pruebas que tenían contra los acusados y se les pedía información sobre su pertenencia a los republicanos y se habían sido responsables de altos cargos durante la República.

Estos cargos se le comunicaban al maestro acusado que podía remitir un pliego de descargo informando sobre su situación y aportando datos para justificar su inocencia y su situación actual.

Posteriormente se procedía a la resolución en la que se el maestro era "castigado", es decir, trasladado o separado definitivamente del cargo.

TIPOS DE SANCIONES


1º El más grave era la ejecución de los docentes que era fieles y afiliados a la República.
2º Prohibición de ejercer como docente o la bajada en el escalafón del docente.
3º Traslado forzoso; que podía ser dentro de la provincia o fuera de ella. Normalmente este traslado forzoso normalmente tenía como consecuencia la imposibilidad de solicitar cualquier plaza vacante.(Entre 1 mes y 5 años).
4º Suspensión temporal de empleo y sueldo, o jubilación forzosa. (Entre 1 mes y 1 año).
5º In-habilitación para la realización de cargos directivos para aquellos docentes "sospechosos".
6º In-habilitación para enseñar ya sea de forma pública como privada.

LOS CARGOS 


Los cargos que imputaban a los docentes podían ser políticos y sindicales, sociales, particulares, religiosos o profesionales.

Los docentes que no tenían cargos eran examinados periódicamente y obligados a realizar cursos de orientación personal para actuar según ellos pensaban que era la forma correcta.



A partir del 1938 se podían revisar las sanciones impuestas. Estas revisiones solo las podían solicitar aquellos docentes que no estaban separados definitivamente, y para ello debían aportar nuevas pruebas y bastante concluyentes.
Muy pocos fueron los docentes a los que se aceptó su revisión de sanción.

Después de toda esta depuración hubo numerosos consecuencias, éstas entre otras. Se redujo el cuerpo de maestros de 60.000 a 40.000 lo que produjo  una gran disminución de la calidad educativa de la escuela en España, ya que estas 20.000 vacantes fueron ocupadas por militares retirados y sus familias directas. Posteriormente se convocaron oposiciones para estas personas pero el nivel seguía siendo pésimo.
La mayoría de los maestros estaban aterrorizados y tenían miedo de perder su trabajo e incluso su vida en cualquier momento, todos estos sentimientos se veían traducidos en la disminución de la calidad de la educación en aquella época.

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