martes, 8 de mayo de 2012

EL racionamiento, el hambre y la inmigración

EL racionamiento, el hambre y la inmigración

El 14 de mayo de 1939, el gobierno franquista aprobó el “racionamiento”, una medida temporal que debía asegurar el aprovisionamiento de los productos de primera necesidad. Son famosas las cartillas de racionamiento que te permitían acceder a unos zapatos, comida, o jabones. La medida duró hasta 1951, siendo el 1 de junio de 1952 cuando finaliza la cartilla de racionamiento en España.

Los peores años fueron los de 1946 a 1949, aún podemos escuchar a nuestros abuelos recordar con aspereza aquellos fatídicos y hambrientos años.
Si la situación en el campo era “Guatemala”, la situación en la ciudad era “Guatepeor”, y que me perdonen los guatemaltecos por la broma.
Lo cierto es que, al menos, los campesinos tenían más fácil los productos de primera necesidad que los de ciudad. Estos últimos, gracias al contrabando (mercado negro) o al estraperlo accedían a los productos que el mercado oficial no realizaba.

Buscar en la basura, comer cáscaras de plátano, robar para sobrevivir o encontrar un periódico son unas pocas situaciones de entre tantas otras que hoy en día, en España, veríamos como ridícula pero que en aquella época era toda una rutina.
Ante esta situación, ¿qué quedaba?, pues emigrar, emigrar para aspirar a una vida mejor o para alimentar algunas bocas, bocas que pertenecían a unos hijos, a los cuales, veías con impotencia cuando te llamaban entre sollozos, tirándote del pantalón, diciéndote: “Papa, tengo hambre”.

Durante los años 40, la emigración y el exilio tenía lugar hacia países, principalmente, iberoamericanos pero tras la finalización de la II Guerra Mundial, las emigraciones se enfocaron hacía Europa, más concretamente, a Francia (famosa las vendimias), Alemania, Suiza, Bélgica o Reino Unido, entre otros.
Destrozada Europa tras la guerra quedaba reconstruirla y, esto, fue una gran oportunidad para los españoles. Trabajar en Europa era mejor que ir a América por las distancias y porque Ibero-América, además, estaba pasando por una fuerte recesión.
En Europa, había que comunicarse en idiomas distintos al español pero todo fuese por conseguir algo dinero. Un idioma, no podía ser ningún impedimento para poder alimentar a la familia, se hablaría mediante gesto sí fuese necesario.

A comienzos de la década de los 50, hay un emergente crecimiento económico en el país. La España de Franco aprovechó para vender productos a los países beligerantes de la II G.M. y esto generó dinero para construir, por ejemplo, numerosos embalses y presas de agua. Se vendió materiales como el Wolframio un metal muy apreciado por la Alemania Nazi para sus carros de combate. Con estas ventas se llenaron las arcas del Banco de España, con divisas y oro pertenecientes, casi con toda seguridad, al expolio judío.
Fue en 1950 cuando se creó el Instituto Español de Emigración, comenzando la emigración masiva de españoles hacia Europa. Finalmente, esta emigración española acabaría durante la crisis de 1973.
Desde 1986 con la entrada de España en la Unión Europea, España se convierte en un país que recibe a otros ciudadanos del mundo con deseo de mejorar sus vidas, al igual, que hicieron nuestros antepasados españoles.